lunes, 31 de mayo de 2010

Hoy en día, las tasas delincuenciales sobrepasan los registros históricos y el miedo al crimen influye determinantemente, al convertirse la violencia en elemento de la urbe. Las agencias del control social formal e informal dentro del ineficiente sistema, se descalabran al dar respuestas frente a los escenarios de desconfianza. El fracaso de la seguridad y la disolución del orden regulador, conllevan a una conflictividad metástica e insidiosa y al enflaquecimiento de las formas de convivencia social. La perplejidad se ha convertido en un dispositivo rutinario de la colectividad, en cuanto a la praxis de las políticas públicas y la creciente preocupación por la inseguridad mundial.

El desastre de Chernobyl, la caída del Muro de Berlín, la revolución microelectrónica, la sedición femenina, la revuelta ecológica y las sublevaciones socio políticos, fueron, son y serán en el orden ontológico, factores determinantes para la síntesis sociológica actual, definiendo en el ciclo post industrial de riesgo al detrimento sustancial de las fuerzas correlativas en las matrices básicas, provocando estrategias sociales de control .

Dentro del orbe social, la naturaleza y la destrucción son producidas institucional y definidamente dentro del género industrial. La inteligencia artificial, la energía nuclear, la robótica, la informática, la genética, la clonación, la fecundación in-vitro, los satélites, los misiles intercontinentales y la globalización económica, sustituyen la modernidad por la sociedad post industrial de consumo y de riesgo . Se distingue entre riesgos consecuentes a decisiones y peligros del control social productivo, limitando al desequilibrio del orden lógico destructivo, en dimensiones de tiempo y espacio, con cuantificables fenómenos que, eliminan la infraestructura del modelo penal garantista, transformando los daños en globales y perpetuos. En la sociedad de riesgo de la era post industrial, se encuentran peligros permitidos y no reconocidos, los cuales nacen por la configuración social generada a lo largo del tiempo y no, por el cálculo relación costo beneficio entre libertad de comportamiento y puesta de peligro de bienes .

La criminalidad se encuentra interrelacionada con las características de las sociedades modernas, con las cuales comparte sus caracteres de complejidad comunicativa y de riesgo globalizada en continua transformación. Los cambios socioeconómicos y geopolíticos causan alteraciones de difícil superación, como nuevas normas de conducta social, moral o jurídica; modernas relaciones laborales; recientes patrones culturales; transformaciones sustanciales del habitat; modificación de apetencias y de satisfacciones personales, desmembración de la familia; unos valores que desaparecen o varían y otros que se imponen .

Se desarrollan conductas polivalentes y germinales que, generan riesgos consecuentes al crecimiento social expansivo, en orden productivo post industrial, creando nuevas y múltiples situaciones de peligro acompañadas con la creciente sensación de inseguridad . Se define gráficamente en el orden natural contentivo de peligro, la vivencia y sobre vivencia humana coexistentes a riesgos nucleares, ambientales, tóxicos, genéticos y térmicos. Paralelamente se agregan a la nómina, el desempleo y subempleo, las contaminaciones, las adulteraciones en productos alimenticios, las pestes en el sector agroindustrial, los accidentes de tránsito y laborales, las patologías de consumo, como la anorexia y la bulimia .

La pluricausalidad del crimen en la sociedad post industrial, comprende al delincuente, la víctima, la situación del sujeto activo y pasivo, los factores macro sociales dentro del marco económico, político y cultural del desarrollo de la acción y, la reacción formal e informal consecuente a la conducta desviada . La tentativa comprensiva general del fenómeno delictual apela al marco referencial armónico e integrativo de la teorética del riesgo típicamente relevante que, en procesos criminodinámicos la gestión del delito depende del potencial criminogénico o impeditivo de los elementos de los seis vectores, mientras que, en tipos específicos se satisface por conjeturas de nivel medio .

Las transformaciones del problema criminal y del control social son improntas a los cambios de las últimas décadas. Su inteligibilidad es posible dentro del contexto del orden social caracterizado por la fragmentación y la producción de riesgos en que, los modos previos de regulación como los dispositivos disciplinarios en la inclusión social e intervención social del Estado, dejan de funcionar.

Se estructura un orden delincuencial premeditado e innecesario, a través del enfrentamiento del delincuente contra la sociedad, exigiendo respuestas a la impronta futilidad conductual. En la post modernidad el conflicto entre los que poseen y los que carecen riquezas generan situaciones de peligro. La criminalidad varía en cuanto a la informática a modo de atracos financieros, difusión de pornografía infantil, propaganda terrorista, aberraciones sexuales. En materia de narcotráfico se transforma en subversión, lavado de dinero, secuestro de aviones, implantes de microchips en el cerebro humano .

Se ha probado científicamente por medio de investigaciones, al tipo de embriaguez a modo de delito de peligro. La existencia del resultado distingue al delito de lesión, de peligro concreto y de riesgo abstracto. La lesión es producción de perjuicio al bien jurídico. El peligro concreto es la probabilidad de la lesión. Y, el riesgo abstracto es la probabilidad de un peligro concreto. Desde este punto de vista, la embriaguez tiene por objeto conductas o comportamientos que deben analizarse en vistas de su significación objetiva, es decir de la perturbación posible o efectiva de un bien jurídico determinado .

Uno de los problemas económicamente significativos es la desocupación y el subempleo. Desde el punto de vista criminológico, la cuestión es importante al reconocer los problemas en la sociedad post industrial, en donde el incremento del índice del desempleo crea infinidad de inconvenientes, máxime cuando corre el tiempo sin solución y se encuentran ante la necesidad de cumplir, o bien con otras obligaciones contraídas frente a la inseguridad que, podrían ejecutarla en la forma contratada . Tiene relevancia el grado cultual y cultural de las personas en dichas condiciones, pues si el sujeto razona en la forma debida aún cuando pertenezca a un medio social de escasos recursos económicos, pensará la manera de solucionar su problema sin recurrir a hechos reprochables, a conductas delictivas o desviadas que, lo llevarán a encabezar un proceso con resultados consecuentes a la condena .

En la actualidad, la informática desde un ángulo criminológico, impulsa el desarrollo explicativo del despliegue de causas delictivas o sea, de la criminogenia. La divulgación informática y los excepcionales recursos que surgen de su avanzada tecnología, al punto de llegar a la red de ancho mundo, posibilitan ilimitadamente soluciones a través del orbe, influyendo en cualquier declaración de tipo socio cultural al tomar en cuenta, el progreso consecuente a la apertura de los caminos de estudio y a las posibles actitudes del hombre en todos los ámbitos, incluso en el delictivo .

La delincuencia económica explota el prestigio financiero y social, mediante el abuso de formas y posibles configuraciones contractuales ofrecidas por el derecho vigente, o la arbitrariedad de usos y razones del capital, basados en la confianza criminal que, de acuerdo a la forma en que se cometen y las repercusiones que se tienen, son idóneos para perturbar o poner en peligro, por encima del perjuicio de los intereses particulares, la vida o el orden económico. La criminalidad económica se ejecuta en ejercicio de la profesión, considerándola como actividad de facultad u oficio, concepto perfectamente combinado con la acción comercial e industrial .

La criminalidad empresarial organizada es una fuerza de riesgo para los bienes jurídicos, dentro de complejos procesos que dificultan la determinación del autor. En las fronteras, la delincuencia corporativa se vale del libre comercio y tráfico, a través de las legislaciones intercontinentales que, evitan la persecución e identificación de los responsables directos. Para la criminología, este tipo de desviación es respuesta a la perversión del aparato estatal originado por el desempleo, la marginalidad y la marginación.

La colectivización, la organización, la división del trabajo y las jerarquías son elementos que hacen complejas las organizaciones sociales y políticas de nuestros tiempos. Es así que las personas se sienten amparadas por la cobertura de un grupo, entendiéndose la actitud criminal en conjunto, al realizar comportamientos que solos no se atreverían hacer. En consecuencia lógica, la criminalidad es un problema de diferentes formas de aprendizaje, conforme a las actividades que se realiza. Por lo tanto, en el ámbito económico se da acorde a una complejidad y abstracción de los propósitos perseguidos dentro del área o grupo, y de una gran dificultad en su aprehensión por las formas penales tradicionales .

El crimen es inherente a la sociedad de riesgo post industrial, en donde los efectos dañinos de los factores condicionantes son reducidos a un mínimo razonable, deduciendo la delincuencia nacional e internacional . La globalización e integridad supranacional son fenómenos sociales del Estado de Derecho, constituidos económica y políticamente. Se entiende al prodigio económico caracterizado por la ampliación del libre mercado, con un doble efecto criminal. En la secuencia las conductas calificadas delictivamente dejan de serlo por la finalidad integrativa y, en consecuencia aparecen nuevas formas ofensivas en cuanto a macro criminalidad organizada en que, intervienen un colectivo de personas estructuradas jerárquicamente. La asignación al derecho penal de funciones en respuesta a los ilícitos de la globalización y de la integración supranacional, implica la flexibilización de categorías y la relativización de los principios de proporcionalidad, lesividad y culpabilidad. La criminalidad es un efecto y como el hombre es su protagonista, resulta incompleto su examen al dejar por fuera al individuo que la produce, la reprime o la sufre . Los orígenes mediatos e inmediatos del acto desviado deben entenderse en función de la situación económica y política cambiante de la creación. En este nivel, el requisito formal constituye realmente lo que podría denominarse una economía política del delito .

El contexto criminológico contemporáneo es complejo, organizado, transnacional y económico frente al cual, se pretende idear soluciones eficaces en contra de la macro criminalidad por medio de presupuestos garantistas post industriales del sistema penal en el Estado de Derecho. En la economía capitalista surgen con frecuencia cíclica, perturbaciones desfavorables en cuanto atañe al orden socio estatal . Se sustituye al modelo penal garantista, por el modelo penal de la seguridad ciudadana , con la finalidad de brindar un eficiente cuidado a los bienes jurídicos de la sociedad ante las insurgencias acarreadas en el medio.

Los poderes públicos del Estado en función de la seguridad, justifican la política criminal practicando pro activamente la disminución de expectativas delincuenciales y gestionan la aprehensión de criminales , demostrando legítimamente la desconcordia social. La criminología administrativa proyecta a la industria evaluativo programática de la criminalidad frente a la gestión delincuencial. En secuencia lógica, el objetivo de la política criminal normativa sería aplicar mecanismos disuasivos eficientes que, confirmen la vigencia de la capacidad estratégica del control social infringido por delito .

La política criminal empleada en sectores urbanos, de elevado índice delincuencial, es el modelo penal de la seguridad ciudadana. La teoría de las Ventanas Rotas se dirige contra la criminalidad clásica, es decir frente a la delincuencia marginal y pudiente, intensificando la represión del control social y eliminando circunstancias decisivas para el aumento de niveles delictivos. El plan Tolerancia Cero se dirige a la desviación del lumpenproletariado, prostitutas, proxenetas, alcohólicos . La oferta del crimen a modo de materia prima, es positiva e infinita para la industria del control social del delito, forjando numerosas plazas de trabajo consecuentes a la demanda del servicio de prestación de vigilancia y seguridad, a fin de eliminar elementos indeseados del sistema .

El éxito de la Tolerancia Cero y de la aplicación de las enseñanzas de la teoría de las Ventanas Rotas rompe con prejuicios existentes en la concepción del delito como algo debido a defectos genéticos, a la mala educación, a la falta de oportunidades y otras hipótesis más o menos bien fundamentadas. Muestra que el delincuente no es una especie de autómata, incapaz de dejar de cometer delitos, sino que es un individuo sumamente sensible a los cambios ambientales de su entorno inmediato. Por tanto, la mejoría en la biosfera es la mejor estrategia, no tolerando las transgresiones menores que, persiguen a los delitos mayores.

En la era post industrial de la sociedad de riesgo, la criminología y la reacción punitiva, entiéndase a la última a modo de sistema normativo penal del enemigo, como expansión del derecho criminal , accesorio y periférico a la valorización de delitos de peligro anteriormente señalados, se convierten en defensores de la modernidad , previniendo anticipadamente a los ciudadanos de los albures sociales . Se define al delito de peligro abstracto a modo de riesgo no permitido y contrario a la vigencia de la norma, trastornando en sentido normativo la seguridad exigida por el ciudadano al Estado . El carácter contrario a la norma de la puesta en peligro abstracto excluye la permisión de riesgo. En secuencia, la psicología normativa institucionaliza la visión paternalista prohibitiva de comportamientos de peligro abstracto conduciendo al ejercicio del deber, a la relativización preceptiva de la norma jurídica y a la limitación en la protección de bienes jurídicos .

En conclusión, la sociedad post industrial asume riesgos sin la efectiva lesión del bien jurídico y la modernización de presupuestos de responsabilidad, centrando al injusto en desvalor de la acción. Estos peligros son de gran dimensión como lo es la indeterminación del humano de personas a las que amenaza. De esta manera se configura a la sociedad moderna como una corporación de objetiva inseguridad en la que la seguridad se convierte en pretensión social a la que supone que el Estado, el derecho penal y la criminología administrativa deben dar respuestas.